nueve
meses brindándote en soplo de vida
alimentándonos,
sintiéndonos, acompañándonos
con las
sutiles pataditas marcadas en mi corazón.
El amor
es entrega y esa es mi bienaventuranza
por ese
motivo con altruismo brindé mi cuerpo
para
gestar con orgullo un preciado anhelo.
No fue
por comercio ni fuiste desprecio
eres el
mejor regalo del don de una madre
que
habitará por siempre en mi dulce sonrisa
de mi
cálido sentimiento de generosidad.
Hijo mío,
esta es mi contenta bienvenida
cada
noche soñé en mis brazos poderte admirar
ahora un
alma amiga me brinda la esperanza
de hacer
mi clamado deseo una feliz realidad.
Son mis
genes iluminados en el vientre de otra mujer
madurándose
con la sangre de bellos sentimientos.
Nunca
fuiste la obsesión de mi infortunado destino
eres el
más valioso premio de mi batalla ganada
que
guardaré y cuidaré todos los días de mi vida
gracias
al divino instinto de una entregada madre
que mora
en mi corazón desde mi niñez.
Bendito
hijo nuestro, somos tus madres explicándote
el nacimiento compartido de tu ser.
Creo que de ahí viene la frase madre no es la que tiene sino la cría
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